SODA CAUSTICA Y VÁLVULAS A DIAFRAGMA VALAM

Materiales y fluidos en general caen en dos grupos: iónicos y no-iónicos. El grupo correspondiente depende de la cantidad de electronos que tienen, y si esto los vuelve “inestable” o “estable” en relación al intercambio de electronos que puede existir entre materiales.

Para que no haya un intercambio entre dos materiales, y consecuentemente que no haya corrosión, es necesario que los materiales sean de grupos diferentes. O sea, un material no iónico no corroe a un material iónico – y vice versa.

Al considerar el comportamiento de un fluido dentro de una válvula, es necesario determinar el grupo del fluido y el grupo del material de la válvula: 

SODA CAUSTICA es iónico.

HIERRO es iónico.

HRL (Caucho Ebonita) es no iónico.

PP (Polipropileno) es no iónico.

Bajo el principio de grupos diferentes, el material adecuado para la Soda Cáustica sería HRL o PP, siendo adecuado que sea un revestimiento de una base de hierro, ya que el fluido, en una válvula a diafragma, no está en contacto con el material base del cuerpo. Otros revestimientos a base de cauchos, que también son no iónicos, también serían adecuados, y pueden ser seleccionados para resistir temperaturas más elevadas del fluido.

En la práctica, la corrosión que la Soda Caústica provoca en el hierro es mínima, que a pesar de ser un material iónico no es afectado en forma significativa. Esa mínima corrosión no afecta la funcionalidad ni durabilidad de la válvula, aunque sí puede provocar una leve contaminación en forma de coloración del fluido.



VALAM recomienda el uso del revestimiento HRL para controlar la Soda Cáustica, en concentraciones hasta 60%, y temperaturas hasta 80º C. Como alternativa, recomienda cuerpo de hierro cuando el cliente considera que una coloración del fluido no es relevante.